Sobre mí
Soy Mirtha Talavera, pediatra y neonatóloga, asesora en lactancia materna. Orgullosa madre de Carlos, Jazmín y Federico y esposa de un gran hombre y profesional: Carlos.
Una convencida de que brindar un nacimiento con apego y apoyar a las madres a llevar adelante la lactancia materna exclusiva son las mejores formas de mejorar el futuro.
Fui madre por primera vez a los 28 años. Mi primer hijo —que hoy tiene 18 años— no mamó más de un mes y tubo cólicos del lactante muy intensos. Cómo madre primeriza no tuve asesoría en lactancia por parte del ginecólogo ni del pediatra que me acompañó, lo cual creo que habría cambiado la situación.
Con mi segundo y tercer bebé sucedió más o menos lo mismo, solo que con ellos puse más garra en mantener la lactancia, que duró hasta los cuatro y cinco meses, sin asesoría ni ayuda de nadie.
Inicie mi labor como pediatra en 2003. Mi especialización en pediatría la hice en el Instituto da Criança del Hospital das Clínicas de São Paulo, en Brasil. Inmediatamente inicié mi trabajo como pediatra y neonatóloga en un centro hospitalario privado en la ciudad de Asunción, Paraguay.
Mi formación de pediatra general jamás enfocó el tema en la lactancia materna, por lo que mi formación en esa área era mínima. Por lo que creía que la leche artificial beneficiaría de igual manera al recién nacido e indicaba formula cuando me consultaban porque las lactancias no funcionaban o el bebé no subía de peso.
Con el tiempo, comencé a preguntarme por qué deberíamos recurrir a una leche artificial cuando todo el reino animal provee su propia leche a sus recién nacidos y por qué hay tantos problemas en la lactancia de los humanos.
A la consulta llegaban muchas madres refiriendo problemas de todo tipo y, en ocasiones, yo me sentía impotente sin poder ayudarlas. Entonces, empecé a investigar y me encontré con formaciones especializadas en lactancia materna y me inscribí al curso del Instituto Uruguayo de Lactancia Materna, una formación que cambió mi forma de ver la lactancia, de abordarla y manejarla.
Esto también produjo un cambio importante en mis conceptos sobre la crianza respetuosa y el modo de recibir a los recién nacidos al mundo. Desde entonces, inicie un cambio importante en toda mi atención, en el recibimiento de recién nacidos de forma humanizada favoreciendo el inicio precoz de la lactancia materna y apoyando en todo momento a las madres en su lactancia.
Desde que vengo promoviendo en mis pacientes el apego precoz he comprobado que la lactancia ha sido favorecida de una manera muy importante siendo esta eficaz y mantenida por mucho más tiempo.
Actualmente mi enfoque como neonatóloga y pediatra tiene como objetivo ir a lo natural, a lo humanizado y apoyar a las familias que desean este tipo de crianza. Consideró que aconsejarlos, apoyarlos en todo momento y ayudarlos a conseguirlo es fundamental para que todo lo relacionado a la crianza con apego pueda ser llevada adelante con éxito.
Animo a todas las familias a criar a sus hijos con apego, con amor y a buscar todo lo más humano y natural posible sabiendo que sus futuros dependen de ello.




